Por qué deberíamos leer a Juan Gabriel Vásquez
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Justo Serna9 de abril de 2025Makma. Revista de artes visuales y cultura
contemporánea Los responsables y amigos de la revista MAKMApublican un
artículo mío...
Hace 3 horas
4 comentarios:
En Canarias están prohibidos desde 1991 a propuesta del PP. La historia, si no se cuenta completa, puede parecer tendenciosa.
Ciertamente, la diferencia estriba en que en las Canarias no había toros desde hacía años, es más, la única plaza de toros que existía tenía un uso diferente: para conciertos y espectáculos. Además, la idea del diputado que lo propuso, que entonces era de las Agrupaciones Independientes Canarias, no del PP aunque después se pasara a este partido, era prohibir las peleas de gallos y de perros ya que sabía que no había fiesta taurina en las islas desde hacía mucho tiempo por lo que esto último no le preocupaba ni despertaba polémica ninguna, no en cambio las peleas de gallos que, sin embargo, no pudo prohibir, como ha ocurrido en Cataluña donde se prohíben los toros pero no el maltrato a estos animales en las fiestas populares, sencillamente de vergüenza. Desde luego, se les ha visto el plumero a los independestistas catalanes que impulsaron el proyecto. A mí personalmente me da igual pero admito que prohibir las corridas de toros pone en serio riesgo muchos puestos de trabajo que dependen directa o indirectamente de esa fiesta y si en estos tiempos, en vez de promover el empleo lo destruimos con medidas como esas, las formaciones políticas que lo defienden son negligentes. En todo caso, si no quieres matar al toro, prohibe esto último, como en Portugal aunque no del modo hipócrita de allí donde está prohibido matarle en la plaza pero después dejan que se desangre a puerta cerrada. No, lo justo sería corridas sin el castigo de los picadores, que es tremendo; tan solo el torero y los banderilleros, éstos últimos para compensar la fortaleza y poder de este magnífico animal frente al torero, pero cuando llevaran veinte minutos, se le despide y al siguiente toro. El espectáculo seguiría vivo, la razón de ser del toro de lidia también, se mantendría el rejoneo, un arte de una belleza que ha sido reflejada por grandes pintores pero se prohibirían las fiestas populares como el toro al que se le pone una bola de fuego entre los cuernos o se le ata, etc.
Impresionante ensayo de Gustavo. Pese a que soy una antitaurina convencida y defiendo la prohibición de LA TORTURA ANIMAL, he de decir que el texto es muy bueno. Mi enhorabuena al autor.
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