miércoles, 8 de abril de 2009
Granada ha caído. El emir Abu ‘Abd Allah Muhammad ha rendido la ciudad ante el temor de que acabe siendo destruida y con ella los palacios más espléndidos que haya construido hombre alguno en La Tierra : el conjunto de La Alhambra y el Generalife.
Creo que esa es la verdadera razón por la que depone las armas. Sus ojos pueden ver a su pueblo humillado y a las tropas cristianas atravesar las murallas e incluso convertir sus mezquitas en iglesias pero su corazón no soportaría ver en ruinas La Alhambra.
Cada mes publicaremos un relato corto sobre alguna época de la Historia. En esta ocasión, un soldado-monje cristiano, que odia a los musulmanes a muerte, comprueba por sí mismo, cuando es apresado en el asedio de Loja, en la Guerra de Granada, que son personas como ellos, con sentimientos y temores. Las circunstancias le llevan a ser testigo de la Toma de Granada aunque no en el bando que le hubiera correspondido por lógica.
1 comentarios:
me gusto,creo que lo pinta desde el
punto de vista humano, que es el
que no se tiene en cuenta en las guerras. Pero en los ataques a irak, por ejemplo veiamos por tv.el
sufrimiento de la población
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